Algo sobre de la dinámica de los vínculos entre personas (aplica a todo tipo de relaciones, personales, familiares, de estudio, de trabajo, incluso les diría al vínculo que tenemos con nosotros mismos).
Todo problema que no resolvemos, en una relación, crece. Va creciendo y se vuelve un nudo más grande y de entramado complejo, cada vez más difícil de resolver.
Todo lo que callamos y no hacemos saber al otro, se encarna adentro nuestro como resentimiento, enojo, dolor, y suele salir de la peor manera; en forma de grito, desplante o peor, ya muy tarde, rompe el vínculo definitivamente y no hay vuelta atrás.
Por eso, cuanto antes enfrente el asunto y lo ponga sobre la mesa, más fácil será resolverlo. Las conversaciones difíciles son parte de los vínculos sanos y tienen que suceder para que nuestras relaciones maduren y se fortalezcan.
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